En medio de este contexto, Colombia tiene por ley una emisora de carácter comunitario por cada municipio, de cobertura local (una potencia entre 200 / 250 Wats), conocida como EMISORAS COMUNITARIAS. En el momento existen en el aire unas 600 emisoras de las cuales 300 están al día con papeles y con el cumplimiento de los requisitos del Ministerio de Comunicaciones. La proyección está en 1.170 emisoras comunitarias, una para cada municipio y quizás más de dos para las ciudades capitales.
Ahora bien, aunque las emisoras comunitarias son para las organizaciones sociales y comunitarias no todas se encuentran en manos de grupos y organizaciones de carácter social. De las 557 adjudicaciones realizadas por el Estado entre los años /95-96, se registra la siguiente información:
35 % en manos de las iglesia católica – párrocos/Diocésis
5% sólo están en organizaciones y grupos sociales diversos.
Además de las EMISORAS COMUNITARIAS, existen las EMISORAS DE INTERES PUBLICO que tienen potencia de 1.000 a 5.000 Wats para comunidades étnicas (indígenas, afrodescendientes, gitanos, culturales, universitarias, de la policía y del ejército entre otras, y por supuesto las EMISORAS PRIVADAS Y COMERCIALES sin restricción de potencia y cobertura.
Cualquier país del continente envidiaría una legislación aparentemente tan complaciente y democrática, ¿como podemos entender esto en un país que vive un conflicto de intolerancia de más de 50 años?
El papel que cumplen las RADIOS COMUNITARIAS
El papel que cumplen las RADIOS COMUNITARIAS en Colombia en todo este drama del desplazamiento es muy diverso y depende de la zona, departamento o región donde están ubicadas y también depende en manos de quiénes están estas emisoras. Por las estadísticas presentadas anteriormente, cabe aclarar que algunas se encuentran en manos de personas involucradas en el conflicto como apoyo a grupos paramilitares y un buen número de emisoras realmente comunitarias no cuentan con licencia del Ministerio de Comunicaciones.
A pesar de todo lo anterior podemos contar con varias experiencias exitosas de solidaridad, humanismo, emisoras sensibles a la vivencia de la comunidad en general, emisoras que han vivido en carne propia el desplazamiento, la persecución y asesinato de algunos de sus miembros, directores y fundadores.
a. Emisoras cercanas y solidarias
Emisoras que están al lado de las comunidades, de los pueblos, ayudando a encontrar sus familiares, vecinos y amigos, que acompañan su dolor pero también emisoras empeñadas en proyectos de emergencia y desarrollo, unidas a ONGs y organizaciones sociales.Son miles los casos en que gracias a la emisoras los padres de familia han encontrado a sus hijos y viceversa, o por lo menos saben en qué estado se encuentran o, sencillamente, mandan los saludos y las palabras de aliento para los secuestrados.
Emisoras solidarias donde se empeñan en actividades de apoyo económico a familias que han quedado sin nada o que muchas veces hacen las colectas para enterrar algún vecino que por miedo nadie se atreve a recoger o reconocer su cuerpo, emisoras que caminan con la gente, alientan y brindan esperanzas en medio del dolor y celebran los encuentros y la vida.
b. Espacios de Participación y pluralismo
Las emisoras comunitarias en Colombia han ido descubriendo poco a poco que son espacios públicos y ciudadanos donde todos pueden participar, donde todos deben participar sin importar la raza, el color, la lengua, la edad y sus opciones, son espacios para todos, porque todos caben en el dial, porque es un medio desde, con y para ellos, para encontrarse consigo mismos y sus comunidades.
Por esto cada vez se implementan programas, espacios diversos según los intereses de los distintos grupos sociales, religiosos, generacionales de la comunidad,. Hay un camino, aunque pequeño, hacia la tolerancia, al saber que lo que nos hace ricos es la diversidad.
c. Emisoras que anuncian y denuncian
Emisoras que aprenden a sobrevivir y convivir con el conflicto, emisoras que se comprometen en proyectos de desarrollo donde están implicados los distintos sectores y grupos de las comunidad. Emisoras propositivas que anuncian planes, proyectos y trabajos en beneficio de todos, que aunque han perdido algunos de sus miembros siguen adelante prestando el servicio de información y comunicación de la comunidad y de ésta con la región.Son miles las actividades que se inventan en las emisoras para salir adelante a pesar de las dificultades y que con su actitud denuncian una resistencia pacífica a no dejarse callar a pesar de las amenazas, muertes y desplazamiento de algunos de sus miembros, a pesar que algunos grupos les decomisen su transmisor o les vuelan sus antenas o las utilicen para mandar consignas.
d. Emisoras que defienden la vida y se resisten a la violencia
Emisoras que colaboran con la construcción de una convivencia democrática, donde no se excluya a ninguno donde la justicia y la defensa de la vida son los valores vigentes. Ya contamos con varias emisoras comunitarias que han perdido sus directores, productores, locutores animadores, pero que siguen en el aire donde los jóvenes han recibido, como herencia, el sueño de ser comunicador como la mejor herencia de su padre.Emisoras que proclaman la esperanza y la posibilidad de una civilización del amor, la defensa de los derechos humanos, del derecho Internacional humanitario, que educan y rechazan sobre la multiplicidad de minas antipersonales, reclutación de jóvenes, de la limpieza social o de muerte a los indigentes.
e. Sembradoras de esperanza
Emisoras que, a diario, según las palabras y la alegre música colombiana y caribeña, alegran y alientan la esperanza de que otra América es posible, que otra Colombia sin duda será distinta y posible si nos empeñamos todos.
Emisoras que tienen programas de humor, de cuentos, de chistes, de música, donde se reclama los derechos y se expresa el anhelo de la paz pero también trovas y rimas que denuncian la corrupción y exigen justicia porque sin ella no puede haber paz.Emisoras que alimentan la esperanza de pueblos, niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores que no se cansan de pensar que algún día todo será distinto y mejor, porque Colombia es un país de utopías y esperanzas que confía en su gente y en la solidaridad de sus amigos del mundo entero.
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