jueves, 15 de noviembre de 2007

BUSCANDO NUEVAS FORMAS PARA COMUNICARNOS



“Hace muchos años yo estudiaba por la radio.
No sé cuántos de ustedes recuerden el bachillerato radial.
Entonces íbamos a la Caja Agraria, comprábamos los fascículos de estudio
y el examen era por el ICFES. Había más medios de comunicación,
emisoras comunicativas que se preocupaban mucho por el ciudadano; hoy día no es así.”


Una de las preocupaciones más frecuentes entre los comunicadores populares es la de la efectividad que tienen sus mensajes en sus comunidades. Qué tanto y de qué forma se está dialogando con los vecinos se convierte en una gran inquietud, si se tiene en cuenta que además de publicar un periódico, o hacer un programa de radio o en video, lo que busca la comunicación popular es, al final, trabajar con la gente y para la gente, conversar con ella, narrar la vida propia desde la vida de la comunidad.


Pero ¿de qué forma le estamos llegando a la gente? Es más, ¿les estamos llegando? No basta con producir un medio de comunicación si no es leído, escuchado o visto, si no tiene ningún efecto, ninguna resonancia, si no genera ningún cambio.


“La gente muchas veces recibe el periódico o ve el video pero al final no sabemos qué tanto y de qué forma aquello que decimos los medios está influyendo en procesos de cambio para nuestras comunidades. Nosotros seguimos trabajando pensando en aportar a las transformaciones sociales, pero no se han visto grandes cambios. Y yo me pregunto, ¿qué responsabilidad tenemos nosotros ahí? Hay que generar una estrategia que nos permita conocer la opinión del público con respecto al medio comunitario y hacer los cambios que se requieran para poder generar transformaciones”, señala un compañero de la Red.


Porque eso es lo que al final los comunicadores comunitarios buscan: apoyar los procesos de cambio en sus comunidades, problematizarlas y contribuir en la movilización en torno a los problemas que se les plantean, apoyar los procesos de organización y de participación social. Pero antes que cualquier cosa deben buscar llegarle a la gente.


“Hay un problema que yo veo en los medios comunitarios que es el desespero, el afán por publicar, por mostrar productos. A mí me parece que más allá de fundar medios, que es una buena propuesta, hay que ser críticos con los que existen, y si se van a hacer más medios, ser críticos con lo que se haga. Casi a diario surge algún medio comunitario, como varias veces se ha intentado formar redes, pero muy pocas veces se ha hablado de eso para qué sirve, que implicaciones tiene en lo social, cuál es la importancia de la comunicación alternativa. Y si se habla, se hace en espacios como este, en espacios cerrados a los que muchísima gente no tiene acceso. Tenemos que salir a la calle a conversar con la gente, no sólo a darle o venderle el periódico, sino a conversar, a construir con ella”, anota un viejo amigo de los procesos de comunicación comunitaria en Kennedy participante del proceso.


En este punto es pertinente una aclaración. El comunicador del que estamos hablando, como el trabajador cultural, el líder comunal u otras personas que han decidido dedicar más tiempo que otras a las labores colectivas, vive la comunidad de manera distinta.


Hay que reconocer que estas personas, en el desarrollo de su trabajo, han logrado un acercamiento diferente a las vivencias de sus barrios, y esto permite, en buena parte, una mirada más compleja de lo que se vive y lo que se siente en sus territorios.


Con ello no queremos decir que sean personas mejores que el resto de la comunidad, ni más faltaba. Lo que pasa es que cuando un vecino se compromete con algunos procesos y con algunas acciones, comienza a adquirir una visión diferente y, seguramente, ya no pensará ni actuará igual, lo que es coherente con el cambio que se busca, el cual no se da en los mismos niveles para todas las personas.


Pero esto no nos debe llevar a pensar que por el hecho de haber adquirido en los procesos un nuevo tipo de conciencia, estas personas tienen la potestad de pensar por lo otros, de excluirlos de las discusiones y de las tomas de decisiones, ya que el fin último es que las otras personas también adquieran esa conciencia y asuman posiciones diferentes, más creativas, más críticas frente a sus realidades. Y es allí donde surgen nuestros comunicadores populares: “una meta que se debe proponer desde la Red es la de incentivar al público para que comience a participar de forma directa en la realización de los medios comunitarios, o sea que el público deje de serlo y se convierta en actor. Tenemos que ampliar el trabajo, buscar que el vecino aporte sus ideas, que haga comentarios o críticas”, enfatiza un miembro de la Red.


De todas formas reconocemos que para diferenciar mejor algunos conceptos y para explicar mejor algunas situaciones que se nos presentan en el trabajo diario, en algunos momentos resaltaremos algunos rasgos que nos permitan distinguir de mejor modo a los actores de la comunicación comunitaria, dispuestos y apropiados de una serie de elementos y herramientas en su labor, a las que no necesariamente se han acercado otros vecinos.


Lo primero que se debe buscar por parte de los comunicadores populares desde sus medios es llegarles a sus comunidades. ¿Nos hemos preguntado alguna vez qué pasa con los medios que estamos produciendo? ¿Será que la gente nos está leyendo, escuchando o viendo? ¿De qué forma estamos evaluando el impacto que tienen nuestros medios? Es más, ¿tenemos algún impacto y, en caso de tenerlo, cuáles son los beneficios -o pérdidas, hay que reconocerlo- que el trabajo realizado ha representado para nuestras comunidades? Frente a esto una compañera de la Red señala que uno de los problemas que evidencian algunos medios de comunicación alternativos es que no tienen procesos con la comunidad. Surge una necesidad de brindar información, que es la información que uno valora, que uno cree que debe ser difundida, pero no hay un proceso con la comunidad para saber qué opina la gente.


He aquí una serie de preguntas que tendríamos que responder para saber si lo que estamos haciendo despierta algún interés en las personas a las que nos dirigimos. ¿Será que si los medios populares cuentan las historias de los barrios de la misma forma que lo hacen las grandes empresas de la comunicación masiva estaremos despertando algún interés en nuestras comunidades?


¿Será que tiene algún atractivo hablar de la gente y de sus problemas sin contar con ella, sin preguntarle nada a ella? ¿Será que un medio de comunicación comunitario genera alguna expectativa en su comunidad si trata los temas que la afectan o benefician de manera general, sin vincular de manera concreta a los interesados, a los participantes, a los gestores, a la gente con nombre propio? ¿Nos hemos preguntado por el tipo de comunicación que estamos proponiendo a nuestras comunidades?

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Bogotá, Cundinamarca, Colombia
Proyecto CEIS - Colectivo de Estudios e Investigación Social- se inscribe en las lógicas de la organización social de carácter popular, asumiendo una postura crítica frente a su contexto político, económico y sociocultural. En Proyecto CEIS confluyen experiencias de gestoras y gestores sociales que han desarrollado trabajo comunitario por más de 10 años, y sintetiza una posibilidad de acción colectiva dirigida hacia la reflexión, orientación y consolidación de poder popular. En el camino los gestores de Proyecto CEIS han sido investigadores, defensores de derechos humanos, docentes, animadores de procesos de fortalecimiento de lo público, facilitadores en procesos de formación, promotores socioculturales, entre otras actividades propias del trabajo social comunitario. Contactos en: proyecto.ceis@gmail.com